El Tatarabuelo Pedro González de Arce, escrito por Eduardo Arce Gargollo, es una mezcla entre la novela histórica y la biografía familiar, en la que el autor traza con detalle la vida y el legado de su tatarabuelo Pedro González de Arce. El texto ofrece una narrativa detallada que abarca tanto los aspectos históricos que rodearon la vida de Pedro como la investigación del propio autor sobre sus orígenes. Este libro es un claro ejemplo de cómo la historia personal puede entrelazarse con los grandes eventos históricos, en este caso, desde la Guerra de Independencia española hasta los conflictos posteriores en México.

Fundamentos de la historia

La historia gira en torno a Pedro González de Arce, quien nació en 1794 en Cantabria, España, en medio de la agitación política y militar de la época. La narrativa sigue su vida desde la juventud, marcada por la quiebra familiar y la invasión napoleónica, hasta su eventual emigración forzada a México. A través de los recuerdos familiares, documentos históricos, incluidos los protocolos notariales del siglo XIX consultado por el autor que obran en El Archivo Provincial de Cantabria y los registros parroquiales de la época, el autor reconstruye los episodios que conforman la vida de su antepasado.

Uno de los puntos clave de la obra es la emigración de Pedro a México, un destino común para muchos españoles en ese momento, donde finalmente estableció una vida junto a su esposa, Felipa Rubio, nacida en Rosario, Sinaloa, con quien procreó 17 hijos. A través de estos relatos, el autor también indaga en los conflictos sociales y políticos que Pedro tuvo que enfrentar, como las guerras entre conservadores y liberales en México, y cómo logró construir una vida pese a las adversidades.

Un fragmento que captura esta lucha es el siguiente:

«El Pedro ya formado que encontré, apareció entonces ante mí como un individuo ordinario, que sorteó de modo extraordinario muy duras circunstancias en la vida: la quiebra familiar, la invasión Napoleónica a España, una emigración forzada a México en plena guerra de Independencia, la persecución de los españoles aquí, las guerras entre conservadores y liberales».

El estilo de Eduardo Arce Gargollo es directo y sencillo, enmarcando la narrativa en hechos históricos bien documentados. Sin embargo, no puede evitar que en ocasiones la prosa se vuelva un tanto densa debido a la cantidad de detalles históricos y genealógicos que incluye, pero es algo que apenas afecta a la lectura. El mismo autor admite que en algunos momentos los datos pueden parecer abrumadores, especialmente en lo referente a los ancestros de Pedro en España, pero al fin y al cabo, una biografía es lo que necesita, y estos no son más que una muestra de la incisiva y larga investigación que ha llevado a cabo.

Arce también utiliza un lenguaje coloquial en ciertas partes del libro, lo que añade una sensación de cercanía con los personajes. Esto es especialmente evidente en los diálogos que representan a los miembros de la familia de Pedro. El uso del lenguaje popular y de expresiones locales de montañeses cántabros de la época también refleja la autenticidad del contexto histórico y cultural. Por ejemplo, hay momentos en los que los personajes usan un lenguaje fuerte y expresivo, como se puede ver en este pasaje:

«¡Callarvos, lengüetona, chitón ya Ogenia, para de un vez!»​

Esta mezcla de formalidad en la descripción de los eventos históricos y la informalidad en los diálogos familiares refuerza el tono íntimo y personal del libro.

Análisis crítico

El lector interesado en la genealogía o la historia familiar encontrará en este libro un tesoro de información. El autor hace un excelente trabajo al conectar a Pedro González de Arce, a cada paso de su vida,  con los eventos históricos mayores, como la Guerra de Independencia española, la migración de españoles a América, y las guerras civiles en México. Un punto fuerte del libro es su autenticidad. La voz del autor se siente honesta y cercana, especialmente cuando reflexiona sobre las dificultades de encontrar información y el impacto emocional de sus descubrimientos. Esto queda reflejado cuando habla de los obstáculos en su investigación y su sorpresa al descubrir aspectos de la vida de su antepasado:

«Escribir este libro fue como cruzar de una orilla a otra un río, apoyándome en piedras firmes, aisladas como icebergs. Fueron ellas mis soportes documentales históricos»

Conclusión

El Tatarabuelo Pedro González de Arce es, en esencia, una obra que refleja el esfuerzo y la dedicación del autor para documentar y preservar la memoria de su antepasado. Si bien puede resultar demasiado detallado en ciertos momentos, especialmente en lo que respecta a la genealogía, ofrece una mirada fascinante a la vida de un hombre que vivió en tiempos turbulentos y logró sobrevivir y prosperar contra todo pronóstico. La mezcla de historia personal e historia global proporciona una narrativa rica y significativa, aunque el lector debe estar preparado para una lectura que exige atención y paciencia.

Este libro será especialmente valioso para aquellos interesados en la historia de la migración española a América, las guerras civiles en México y la reconstrucción histórica basada en documentos familiares. Es una contribución importante a la historia familiar y un homenaje personal de gran valor.

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